¿Por qué Pilates?
El trabajo durante la sesión es importantísimo. A través de las instrucciones de la monitora, vamos a aprender a escuchar a nuestro cuerpo y a sentirlo en los diferentes planos, a ser conscientes de nuestra posición en cada momento y de qué musculatura tengo que activar para sostener las diferentes posturas, fortaleciendo mi cuerpo.
Es un trabajo funcional que nos va a servir en nuestro día a día. Un día nos encontraremos caminando más erguidos, protegiendo nuestra columna a la hora de cargar pesos, de coger a nuestros hijos o nuestros nietos en brazos, de sentarnos en la oficina sin desparramarnos en la silla, sin adelantar la cabeza para mirar a la pantalla y poner esa tensión tan dolorosa en nuestro cuello y espaldas. Ese día podremos afirmar que nuestras clases nos funcionan.
En 10 sesiones sentirás la diferencia, en 20 sesiones verás la diferencia, y en 30 sesiones te habrá cambiado el cuerpo”
¿Por qué Pilates?
El trabajo durante la sesión es importantísimo. A través de las instrucciones de la monitora, vamos a aprender a escuchar a nuestro cuerpo y a sentirlo en los diferentes planos, a ser conscientes de nuestra posición en cada momento y de qué musculatura tengo que activar para sostener las diferentes posturas, fortaleciendo mi cuerpo.
Es un trabajo funcional que nos va a servir en nuestro día a día. Un día nos encontraremos caminando más erguidos, protegiendo nuestra columna a la hora de cargar pesos, de coger a nuestros hijos o nuestros nietos en brazos, de sentarnos en la oficina sin desparramarnos en la silla, sin adelantar la cabeza para mirar a la pantalla y poner esa tensión tan dolorosa en nuestro cuello y espaldas. Ese día podremos afirmar que nuestras clases nos funcionan.
En 10 sesiones sentirás la diferencia, en 20 sesiones verás la diferencia, y en 30 sesiones te habrá cambiado el cuerpo”
¿Por qué Pilates?
El trabajo durante la sesión es importantísimo. A través de las instrucciones de la monitora, vamos a aprender a escuchar a nuestro cuerpo y a sentirlo en los diferentes planos, a ser conscientes de nuestra posición en cada momento y de qué musculatura tengo que activar para sostener las diferentes posturas, fortaleciendo mi cuerpo.
Es un trabajo funcional que nos va a servir en nuestro día a día. Un día nos encontraremos caminando más erguidos, protegiendo nuestra columna a la hora de cargar pesos, de coger a nuestros hijos o nuestros nietos en brazos, de sentarnos en la oficina sin desparramarnos en la silla, sin adelantar la cabeza para mirar a la pantalla y poner esa tensión tan dolorosa en nuestro cuello y espaldas. Ese día podremos afirmar que nuestras clases nos funcionan.
En 10 sesiones sentirás la diferencia, en 20 sesiones verás la diferencia, y en 30 sesiones te habrá cambiado el cuerpo”